TOMAS ESPINA
Ignición
Aves de mal agüero
Con las primeras exposiciones a partir de 2001, Tomas Espina dio comienzo a una trayectoria artística que se distingue por un grupo de obras de vena conceptual con énfasis en el proceso de creación. Sus instrumentos son pocos y de difícil manejo: brea, carbonilla y polvora sobre papel, tela o madera dan vida a obras que despiden un cierto olor a quemado. En poco tiempo Espina ha construido una carrera que promete. Series como Muaré (2003-2005) y Bum (2006) y obras únicas como Ignición (2008) y Habitación quemada (La furia de Léucade) (1) forman una pequeña pero impresionante representación de las ideas que lo seducen y de las cuales nacen sus obsesiones más arraigadas.
Pocos son los temas que Espina explora en sus obras: el fuego, la violencia y la muerte. Los paisajes y escenas callejeras no son pintados con óleos o acrílicos sino que son creados a base de fuego, quemando la superficie del papel, tela o madera. La violencia del proceso implica una constante experimentación con materiales y su resistencia a lo caliente y a los químicos. Poco usual como instrumento de creatividad, el fuego de Espina regenera y purifica – no es el fuego destructor que los griegos asociaban con Ades, sino que más bien es el fuego constructivo de Efestos, dios de los artesanos y escultores.
Dentro de los temas previamente mencionados, bandadas de pájaros aparecen frequentemente. Como metáfora o símbolo, ellos son un elemento recurrente en su obra, la cual ha sido influenciada por el romanticismo negro del poeta franco-uruguayo Conde de Lautréamont (2) y por la pintura del aleman Caspar David Friedrich. En la visión apocalíptica de Espina, los pájaros representan la naturaleza y la muerte: son presagiadores de tormentas, aves de mal agüero y representantes de la condición humana.
Descienden en bandada, amenazadores y agresivos, cientos de pajaros que obscurecen ya un cielo bastante hostil. ¿Son presagio de grandes males? ¿Son aves que escapan una conflagración? ¿Huyen presintiendo un peligro eminente? Es difícil explicarlo con certeza porque el tema un tanto apocalíptico de Pájaros (2006), como tantos otros temas en la pintura de Espina, es decididamente ambiguo; la falta de la presencia humana acentúa esta incertidumbre. Pájaros recuerda mitos y símbolos que aparecen en la literatura y el cinema, profundamente arraigados en la psique popular. En la película “Los pájaros” (The Birds, 1963) de Alfred Hitchcock un ejercito alado ataca a los habitantes de la pequeña ciudad costera de Bodega Bay en el norte de la California sin que haya una explicación racional de este cambio repentino en su conducta. Después de causar varias muertes, los pájaros cesan sus hostilidades y todo vuelve a la normalidad, la película nunca revela la razón por esta agresión. En Pájaros las aves también parecen estar en plan de ataque. Vuelan hacia el espectador cual nube de langostas, obscureciendo el cielo y atemorizando a aquellos que se encuentran por su paso. Esta sensación de peligro la refuerza el uso de una perspectiva oriental donde la narrativa se desarrolla muy próxima al primer plano del cuadro, obligándonos a ver hacia arriba, posición incómoda en la cual se pierde un poco la estabilidad física.
Entre las obras que presentó en la exposición “Entre Líneas” (2003) en la Galería ASGA de Buenos Aires, hay dos que integran las imágenes de pájaros: Perspectiva y 14 de marzo de 2003 (palomas). Como su título lo indica uno de los atributos notables en la primera obra es la perspectiva exagerada creada por medio de los edificios altos y palaciegos que retroceden dramaticamente en la distancia formando una calle larga y angosta sobre la cual están estacionados varios vehículos. A pesar de que es difícil discernirlos claramente debido a las líneas horizontales que atraviezan el cuadro de lado a lado y de las cuales depende su composición, éstos parecen ser vehículos militares. Las numerosas aves que vuelan sobre la calle aumentan la sensación de peligro. Rodean como buitres esperando lanzarse sobre la carroña. Como en Pájaros, la escena desierta es utilizada por el artista para evocar un sentido palpable de misterio. De nuevo las preguntas surgen: ¿Porqué hay tantos pájaros? ¿Porqué las calles han quedado vacías? ¿Es el ambiente silencioso la repercusión de un acto violento? Todo parece estar en un estado misterioso de suspensión. Perspectiva parece tanto la escena de una película como la arena sombría donde algún acontecimiento grave ha ocurrido. Ademas su tamaño semejante al de una pequeña pantalla de cine contribuye a la dimensión cinemática de la escena.
En 14 de marzo de 2003 (palomas) se ve a un grupo de personas reunidas en una plaza pública. Un gran número de palomas revolotean en el aire formando una cortina de plumas a través de la cual se observa la escena bastante obscurecida por éstas. ¿Qué sucede? ¿Porqué estas personas se han congregado en la plaza? ¿Qué esperan? Tal parece que no podemos contemplar las pinturas de Espina sin hacer preguntas. En 14 de marzo de 2003 (palomas) el signifi cado de la escena no está claro: aparentemente, alguien o algo ha alborotado las palomas, forzándolas a huir. Asustadas se dispersan formando un entelado que separa esta escena de la otra que supuestamente se lleva a cabo en el espacio que nosotros ocupamos. 14 de marzo de 2003 (palomas) nos recuerda a la histórica Plaza de San Marcos en Venecia, Italia – el espacio cívico donde los ciudadanos de la república decidían su propio destino. La plaza en 14 de marzo de 2003 (palomas) es el sitio donde los ciudadanos argentinos se reunen en protesta, pero también podría representar lugares de oposicion y de lucha en cualquier parte del mundo. El título de la exposición, “Entre Líneas” se presta a varias interpretaciones. Puede aludir ya sea a la conocida expresión “leer entre líneas” o a al tramado que divide el plano pictórico en franjas horizontales o verticales.
Cinco años después que “Entre Líneas” se llevara a cabo, Espina convocó a un grupo pequeño de personas para efectuar un evento privado que llegó a ser finalmente un video. En Ignición (2008) (3), Espina dibujó con pólvora una bandada de pájaros en la pared de una habitación grande y unió las imágenes con una serie de mechas. Le prendió fuego a un pájaro, luego a otro, engendrando una serie de pequeñas explosiones. Ganando fuerza, éstas formaron una gran nube de humo que envolvió la pared entera. Una vez que el humo se disipó, los asistentes pudieron ver que las imágenes de los pájaros habían quedado permanentemente grabadas en la pared como cicatrices sobre la piel quemada. La acción entera asemejaba la filmación de una escena de película.
Por naturaleza los pájaros prefieren esconderse y dependen del sonido para comunicarse unos con otros, especialmente para las cosas esenciales como lo son el sexo, el territorio, el alimento, la protección mutua, la solidaridad social y el intercambio de información. En las obras de Espina los pájaros no se esconden, más bien, ellos son aves urbanas suma mente visibles que crecen y se multiplican incontrolablemente lejos de los lagos, los estuarios y el campo abierto donde a menudo se encuentran. Son aves de mal agüero. Pero también son accesorios utilizados por el artista para transmitir un mensaje: Espina desea que sepamos que su intención es hacer que el arte exista entre líneas – que es, entre su intención y nuestra interpretación de ello.
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1 Una pequeña isla perteneciente a Grecia. 2 Conde de Leautréamont es el pseudónimo de Isidore Lucien Ducasse, autor de Los cantos de Maldoror. Sus escritos influenciaron a los surrealistas. 3 Ignición fue inspirado por Pájaros (2003).
Alma Ruiz
Los Angeles, California Diciembre 2009